Mitad artista, mitad guerrero

Por @FukRed_Heladio

En la radiografía que desde La Pizarra os quiero mostrar se puede ver que una nueva España quiere surgir desde la lejana gloria, el nuevo Real Madrid nace desde la certeza que muchos tenemos de que el equipo de Chamartín puede volver por sus fueros olvidados despertando una admiración insuperable en el pueblo español. La mezcla perfecta de jugadores criados en casa y jugador único vuelve a cobrar sentido y fuerza en lo más profundo de nuestro madridismo, concretándose con los fichajes de los que me atrevo a decir son los mejores jugadores españoles en mucho tiempo. Para formar la sociedad perfecta se necesita a los mejores y pienso que es ahora y no antes cuando tenemos a los mejores, disponemos de fondo de armario talentoso y luchador. Es de esperar que el Bernabéu acepte lo que está por llegar con el Real Madrid 2013-2014 porque sencillamente lo que se está cultivando es la base de la próxima selección nacional, no se puede ir contracorriente cuando dicha corriente está empeñada en llevarte a la única salida posible y, en mi opinión, el Real Madrid se está dejando llevar por el buen camino.

¿Cuál es el camino? La parcial españolización. ¿Es lo correcto? Sí, ahora mismo sí. El talento, nacional o no nacional, debe ser apreciado en Chamartín y sus gentes no pueden darle la espalda. Si vamos hacia un modelo futbolístico de inferior velocidad, o no, es algo que no podemos asegurar al 100%, pero está claro que si los que mueven al equipo son la base de la futura selección española la gente tragará. No quedan tan lejos aquellas pitadas a los pases hacia atrás, a los desplazamientos en corto, a la paciencia sobre el césped teniendo un abultado marcador a nuestro favor. No, el Bernabéu no soporta el juego creativo, que no es lo mismo que pausado. Pero ahora todo parece haber cambiado, da la sensación de que con paciencia podemos llegar a ser otra vez el equipo de España. Si Ancelotti dura más de 100 días sin recibir dardo alguno podremos decir que un nuevo orden está por llegar. En España nos debatimos muy a menudo entre el desprecio hacia todo lo que huela a español y el casposo rechazo al jugador extranjero, entre la adulación sin sentido hacia lo español y la arriesgada apuesta por el fichaje extranjero. Es posible que todos estemos equivocados, pues nadie en mucho tiempo ha optado por mezclar ambas cosas en un mismo equipo mientras nuestro país no ha dado al fútbol demasiado talento.

Es ahora, lógicamente, cuando la mezcla entre artista extranjero y mocete corajudo nacional puede devolverle al Real Madrid todo aquello de lo que durante muchos años nos ha estado privando. Admiración extendida por todo el territorio, igual que ahora, sí, pero admiración que no pueda ser mancillada. Es eso el viejo Real Madrid, el padre de todos los que buscan cobijo en el cálido regazo de la bandera nacional que orgullosa ondea cada vez que una nueva Copa de Europa aterriza en nuestra casa. El escudo que todos quieren proteger como si de un hijo que regresa del exilio se tratase, el equipo de todos en suma. Es eso lo que debe ser recuperado y ahora es el momento. No hay mejor oportunidad. Ahora es cuando el coraje del canterano ha surgido para coincidir con el mejor futbolista que hemos tenido en mucho tiempo, Don Cristiano Ronaldo, y el único escenario posible es proteger esto con la más absoluta determinación y sin dar un paso atrás. Puede que no estemos bien comandados, o puede que sí. Está en el propio Real Madrid, en su historia y en sus vitrinas el regresar por sus fueros valiéndose del arte y la lucha.

Mitad artista, mitad guerrero. Nunca una de las dos mitades.